Retrato Muchacha sentada / Muchacha de espaldas - SALVADOR DALÍ
1925
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid
Dalí creció en un ambiente familiar muy particular. El padre era un abogado, estricto y conservador, y la madre una mujer un tanto más moderada de carácter. Ellos son padres especiales y lo educan de una manera especial.
Antes de nacer Salvador, nueve meses antes, había muerto otro Salvador. Su hermano. Los padres, gente educada de Figueras, catalanes creyentes, decidieron sustituir al niño muerto de tres años por el otro. Así que le pusieron Salvador, como al muerto. Esperaron un poco y, al llegar el nuevo Salvador a los cinco años, lo llevaron a la tumba de su hermano. Muy emocionados, le dijeron a Salvador que él era la reencarnación de su hermano. Claro, el niño creció con complejos. Estaba convencido de ser el el hermano muerto. En realidad, esta idea nunca lo abandonó por completo.
Tenía a su hermana Ana María y la pintó varias veces. En una de ellas, pintándola de espaldas, asomada a la ventana, mirando el mar y las casas de la orilla opuesta, logró una de sus obras más interesantes y sugestivas.
Era Dalí antes del surrealismo.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid
Dalí creció en un ambiente familiar muy particular. El padre era un abogado, estricto y conservador, y la madre una mujer un tanto más moderada de carácter. Ellos son padres especiales y lo educan de una manera especial.
Antes de nacer Salvador, nueve meses antes, había muerto otro Salvador. Su hermano. Los padres, gente educada de Figueras, catalanes creyentes, decidieron sustituir al niño muerto de tres años por el otro. Así que le pusieron Salvador, como al muerto. Esperaron un poco y, al llegar el nuevo Salvador a los cinco años, lo llevaron a la tumba de su hermano. Muy emocionados, le dijeron a Salvador que él era la reencarnación de su hermano. Claro, el niño creció con complejos. Estaba convencido de ser el el hermano muerto. En realidad, esta idea nunca lo abandonó por completo.
Tenía a su hermana Ana María y la pintó varias veces. En una de ellas, pintándola de espaldas, asomada a la ventana, mirando el mar y las casas de la orilla opuesta, logró una de sus obras más interesantes y sugestivas.
Era Dalí antes del surrealismo.
Demasiada belleza junta en tus espacios para mi terrible Síndrome de Stendhal, Inma. Gracias!!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo compartiendo esta pasión por el arte desde mi lejano rincón del mundo hasta tu bella y amada tierra.
Fer
Gracias María Paz, me alegra que lo disfrutes. Un besazo
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