Esta silenciosa habitación en la penumbra parece carente de significado. El espectador se ve obligado a examinar la imagen sin ayuda alguna, sin las confortables estructuras interpretativas de la simbología que nos da el arte.
Es una de las obras más conocidas del pintor danés Vilhelm Hammershøi (1864-1916). Su título es poético, quizá un intento de dotar de una dimensión humana a un cuadro que choca no por la presencia de personas, sino por su ausencia.
La habitación representada en la imagen está vacía, siendo el único elemento "vivo" el encuentro entre las motas de polvo y los rayos de sol que entran por una ventana y se proyectan ante una puerta y sobre el suelo. El título poético, sin embargo, es un añadido posterior, el pintor cuando expuso la obra, usó otro menos sentimental, traducible por "Rayos de sol" o "Luz de sol".
El lienzo fue pintado en la vivienda de Hammershøi, en un viejo edificio de la Strandgade 30 de Christianshavn (hoy parte de Copenhague). Presenta un motivo que repitió una y otra vez, con o sin muebles, con o sin fisuras, pero esta versión es el ejemplo más convincente. Sin embargo, el cuadro constituye una especie de enigma. No representa la vida vivida en esta casa. Aquí el protagonista es la luz, pero no de una que revele, sino usada para turbar, intranquilizar, en otra palabra, para desasosegar.
Este cuadro evoca una inquietante atmósfera de extrañeza, se vislumbran las motas de polvo como queriendo decir que ya no queda nada. El ego está solo. La obra representa no solo una estancia física, sino también un espacio mental, y más que ninguna otra cosa, muestra la soledad existencial del hombre moderno. Es la primera vez que prevalece el estado mental antes que el físico, por lo menos para mi. Es una censura en la psique humana.
Me parece sobrecogedora, ni tan siquiera he querido subir más obras de Hammershøi, esta es la que me estremece y me gusta a la vez. Un peligroso mirar hacia atrás, un escalofrío, es como mirar con los dos ojos y que cada uno te diga algo distinto, con uno veo lo luminoso y claro, con el otro, sin embargo, lo impreciso y lo sombrío. Ahí queda la interpretación de cada uno.
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