John Singer Sargent, (Florencia, 1856-Londres, 1925)
Retrato de Madame x o de Madame Virginie Avegno Gautreau, 1884
En cuanto el pintor Sargent conoció a Madame Gautreau, ofreció al marido inmortalizarla "en el esplendor de su belleza" mediante un retrato de gran formato. El banquero, sintiéndose halagado, accedió. Ella posó para el pintor en el castillo que el banquero tenía en la campiña de Bretaña. El vestido elegido para modelar fue uno de amplísimo escote, de color negro, para resaltar al máximo la espléndida blancura de su tez. Así, cuando Sargent concluyó el retrato, de 2 metros de alto, en 1884 , lo inscribió para exposición en el Salón de la Pintura Parisina.
Así nos lo explica el gran Isaac Asimov:
"Cuando la belleza más célebre de París, Madame Virginie Avegno Gautreau, fue presentada por el pintor realista John Singer Sargent en su obra maestra Madame X, exactamente como era, superficial, egocéntrica, vestida de manera inmodesta, el público se escandalizó, Madame Gautreau se puso histérica, y el pintor fue obligado a retirarse a Londres" .
"A veces, insinuar es más pecaminoso que enseñar... Pese a que Manet ya hubiese pintado y mostrado desnudos femeninos, el retrato de una mujer vestida con un largo vestido negro alborotó, durante la primavera del año 1884, a la mojigata moral burguesa de la Tercera República francesa.
El cuadro de dos metros de alto representa (delante de la oscuridad del fondo parduzco) a una veinteañera de elegante figura, de pie y apoyándose sobre una mesa de estilo Imperio con su mano derecha, mientras con la otra se sube el bajo de su larga falda de raso negro. El corpiño, inusualmente sin camisola, de terciopelo y donde se aprecia su pronunciado y generoso escote y con una llamativa cintura de «avispa», contrasta con la palidez de su blanquecina piel. Y con tirantes de pedrería, uno de los cuales se desliza sensualmente por su hombro derecho, da el aspecto que va ha desprenderse del vestido fácilmente, en el acto. Parece que invita a ser seducida, para yacer posteriormente con ella. Con el rostro de la modelo de perfil hacia su izquierda, da una sensación atrayente y provocativa, y a la vez, es distante y altiva. Supuso la condena y el ostracismo de sus protagonistas: el pintor y su musa."
"Para la época, finales del siglo XIX, fue una bofetada primero para la burguesía y segundo a esa gente que sufría de penurias económicas en esa Europa pre revolución industrial. Presentó el cuadro en la exposición de 1888 en Paris con el título de “Madame Pierre Gautreau”, siendo tal el clamor popular por tan “descabellado” retrato que Sargent decidió retirarlo de la muestra. Años más tarde, 1916, cuando vendió la pintura al Museo de Arte Metropolitano de Nueva York le cambió el nombre por el de: “Madame X”, repintando el tirante sobre su hombro derecho para tratar de poner fin al escándalo. La foto de abajo es como se veía el cuadro el día de la exposición parisina, antes del cambio en el tirante."
(Isaac Asimov)
Todo por "el tirante caído"
Foto original del cuadro |
La prensa formuló una pregunta envenenada: "¿El retrato representa el instante previo a la caída del vestido?". La identidad de la modelo se reconoció al instante (la X no había servido de nada). Los periódicos fueron implacables: "¿Cómo permitió el banquero Gautreau que su mujer posara semidesnuda durante largas sesiones, ante otro hombre ?"
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