"Mujer desnuda leyendo" (1920), Robert Delaunay. Museo Bellas Artes de Bilbao
En un texto clásico de comienzos del siglo XX, Guillaume Apollinaire señalaba que la pintura de Robert Delaunay (París, 1885 – Montpellier, 1941) se alejaba de la ortodoxia de Braque y de Picasso para introducir el color en el ámbito del Cubismo, algo que daba como resultado, en términos del poeta/teórico, el desarrollo del Orfismo.
Junto a esos avances plásticos aportados por Robert, la aproximación que planteó su mujer Sonia Delaunay (Gradzihsk, 1885 – París, 1979) al mundo de la moda, de la ilustración de libros o la decoración de interiores se presentó también como un avance sumamente revolucionario.
Su capacidad para vincular la Alta cultura con el espacio de la vida cotidiana supuso, en gran medida, un adelanto con respecto a las preocupaciones que en los años veinte resaltaría la Bauhaus.
Estos dos lienzos, realizados en la misma época, resultan especialmente interesantes por haber sido pintados durante la estancia de la pareja en la Península Ibérica.
En Mujer desnuda leyendo (1915-16), de Robert (perteneciente a una serie de 7 obras en las que se aborda el mismo motivo) se puede apreciar un vínculo claro entre la figuración y la abstracción, especialmente patente en el fondo azul y en el suelo de la habitación.
Sonia Delaunay, Cantaora de flamenco, 1916 |
Esa misma relación se observa en Cantaora de flamenco, de Sonia (1916), en el que la abstracción fluye por toda la superficie del cuadro, a excepción del cuerpo y la cara de los personajes principales, que resultan vagamente reconocibles.
Texto de Javier Fuentes
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